-La influencia de la audiencia.
-Mayor necesidad de interactividad con los públicos.
-El impacto del tiempo real, que impuso la velocidad como valor supremo de la producción informativa, y la consiguiente convergencia de una agenda periodística similar en todos los medios online.
-Los nuevos formatos de narrativa periodística digital.
-La muerte de la jerarquía, pues según Guillermo Culell, maestro de
Dos cosas, en un post anterior comentábamos cómo ha crecido la participación de las personas y su influencia en los medios gracias a canales sociales como Facebook, Twitter y los blogs, lo que se traduce en una apertura, casi obligada, de los medios hacia el público. El reto es cómo lo van a hacer.
Fernando Roig, editor digital del diario El Deber, nos comentaba que cuando los medios intentan abrirse a los lectores, encuentran que los espacios abiertos se convierten en lugares de batallas raciales y regionalistas. “Entonces, lo que era un espacio para la participación se convierte en una olla de agresiones. Los medios tenemos que madurar junto con la audiencia, vamos de la mano y es complicado hacerlo por separado”, asegura.
Otro reto, quizá tan difícil como el anterior, es la narrativa periodística digital. Pues cosas como la definición de géneros y el lenguaje deben migrar a un soporte on-line según las tendencias del lector digital. Hablamos, por ejemplo, de priorizar la pirámide invertida, aprovechar la fuerza visual de las negrillas y pedacear el texto, por mencionar algunas.
El “Seminario de Calidad Periodística: No todo está inventado” termina hoy y puedes seguirlo a través del twitter de