Michael, en medio de esta canción, solía abrazar a la dama que subía al palco, extendía sus manos y le hacía dar una vuelta para terminar arrodillado ante sus pies. En esta ocasión también intenta hacerlo, pero la reacción de la “fan” es tan efusiva que sólo opta por arrodillarse y ella lo hace con él.
En otro concierto de la misma gira, Michael protagonizaba la misma escena con una rubia, pero ella se queda quieta dejándose llevar por él, y sólo alcanza a taparse la boca y llorar. En 1987, en el Tour Bad, en Japón, la elegida es una dama que le sonríe a Jackson, pero nada más.
Cada persona tiene una reacción diferente, pero para todas ellas seguramente la experiencia de estar junto al Rey del Pop fue inolvidable.