Su extensión cuenta con dos ríos, el Quiquibey, donde se practica la pesca, y el Kerosén, cuyo nombre debe a que en sus riberas existen derivados del petróleo.
La energía eléctrica aún no ha llegado a este pueblo, por eso sus habitantes utilizan motores para ver la TV y oír la radio. Mientras los padres trabajan en los frutales, en la tala, transporte y venta de madera, los niños asisten al colegio, adonde llegan tras caminar media hora como mínimo, luego ayudan a sus padres o van al río a bañarse, lavar su ropa o pescar. Cuentan que hasta hace unos meses los adultos pescaban con dinamita, la que tras explotar en el río mataba decenas de peces, esto facilitaba su captura, afortunadamente esta práctica se prohibió.