El Alto, 20 de julio.-
Desde las 16.00 del miércoles 18 de julio, el tránsito del puente del Distribuidor Vial de la Ceja fue cortado para edificar sobre éste tres palcos: el central para los ocho oradores que intervendrían en el acto, y dos a ambos costados, uno para los invitados y otro para grupos musicales. Durante la jornada del jueves se montaron las columnas y los pilares metálicos para el escenario y el equipo de sonido, de manera que para la mañana del viernes todo quedara listo.Miles de personas comenzaban a poblar los más de ocho puntos de concentración elegidos por la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto: el Cruce a Villa Adela, la ex tranca de Río Seco, final Los Andes, el puente de Rio Seco, entre otros. Eran las nueve de la mañana del viernes 20 de julio, y paulatinamente la gente que se reunía avanzaba por tres grandes arterias: la Carretera a Viacha y la Avenida Cívica, en el lado sur de la urbe, y la avenida Juan Pablo II, en el oeste.
La Autopista La Paz-El Alto y Naciones Unidas, en el norte y este de la ciudad, respectivamente, estaba destinada para recibir a los ciudadanos paceños, quienes se aglutinaban en la puerta del Cementerio General, cerca de la Cervecería, el puente Abaroa, la avenida Buenos Aires y otros puntos para caminar hacía el distribuidor. 24 horas antes, el concejal Luis Revilla había informado que la publicidad que la Alcaldía de La Paz había invertido para esta concentración llegaba a 1.5 millones de bolivianos.
El punto de reunión para la gente que arribaba de las provincias era la intersección de la avenida Juan Pablo II y Sucre, cerca de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), desde ahí, a las 09.00, miles de personas de Puerto Acosta, Cotapara, Kollasuyo, Puerto Barahachi, Challapata, Humanata, Escoma y Bajosa, todos convocados por la Federación de Campesinos Túpac Katari, tomaron el carril derecho de la avenida empuñando estandartes y banderas rojo amarillo y verde.
Para entonces, los miles se multiplicaron en cientos de miles. Asociaciones de mercados, juntas vecinales, cantones, federaciones de gremiales y otras organizaciones avanzaban por ambos carriles y a medida que se llegaban a destino, la dificultad para avanzar, por la aglomeración de gente, era prácticamente imposible, por lo que muchos miles optaban por llegar al Distruibuidor tomando vías alternas.
Desde el Cementerio General, el alcalde Juan Del Granado se aprestaba para encabezar una caminata con miles de paceños. «Nos espera un millón de personas en El Alto, aquí estamos subiendo con 300 mil hombres y mujeres«
A medida que la masa humana avanzaba, el clamor: «¡La sede no se mueve! ¡La sede no se mueve!» resonaba con más intensidad y la Cruz Papal (en la avenida Juan Pablo II) se vio rebasada por la gente.
Entretanto, en el anexo 16 de Julio, colindante con el peaje de la Autopista, algunos minibuses que habían transportado a vecinos hacia el cabildo, quedaron inmovilizados.
A las 13.00 apareció el helicóptero que el prefecto José Luis Paredes había gestionado al Ministerio de Defensa, éste volaba a cielo raso para tomar imágenes sin precendentes. «¡Ya pasamos el millón!», se rumoraba en las cercanías del Campo Ferial de El Alto, donde el tránsito a penas era posible. Minutos antes, una avioneta blanca con vivos azules sobrevolaba en el aire.
Más tarde, Branco Marincovik, presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, declararía a la prensa que la movilización fue apoyada por el Gobierno con la ayuda de avionetas, transporte de vehícuos y tolerancia de horario en el sector público; en radio Erbol, el periodista Grégori Beltrán comentó antes que el Grupo Prisa había alquilado una avioneta para cubrir el Cabildo.
El acto comenzó a las 13.25 con la entonación de Himno Nacional, el Himno a La Paz y la intervención de los oradores, cuya apertura recayó en Nazario Ramírez, presidente de la Fejuve de El Alto. Sin embargo, la gente seguía llegando por la Naciones Unidas y por la Autopista La Paz-El Alto. La Juan Pablo II estaba copada varias cuadras más alla de la Alfonzo Ugarte, donde cada martes y jueves se lleva a cabo la Feria 16 de Julio; y la 6 de Marzo estaba colapsada.
El panorama, aproximadamente en un 70 por ciento, se pintó de rojo amarillo y verde, un 25 por ciento de guindo y rojo, y el restante cinco por el multicolor de las wiphalas y pancartas blancas.
La desconcentración tardó más de dos horas, esto por la cantidad de personas que se encontraban en el histórico acto, «2.500.000» de concurrentes era la cifra estimada que lanzaba el alcalde de El Alto, Fanor Nava.
Esta cifra coincidía con la impresión de las personas. «¡Realmente impresionante! ¡Nunca se ha visto esta cantidad de gente¡ Realmente habíamos sido muchos los paceños y alteños. Para mí que realmente la sede se queda», opinaba Moisés Aillón, un vecino que había caminado desde la zona Gran Poder, de La Paz.
Los primeros minibuses de transporte público aparecieron a las 16.15. Para entonces, las primeras cifras vaticinaban la asistencia de dos millones de personas, y los medios más importantes abrirían sus noticieros con títulos como «El Paceñazo», «Gran Cabildazo», «Impactante Cabido». Sin embargo, todos coincidieron en que ésta fue la concentración histórica más grande de la historia de Bolivia.